Restauración de una ventana
para reutilizarla como espejo.
Estado Inicial
La ventana se encontraba abandonada en un almacén, con mucha suciedad y numerosas capas de pintura color marfil.
Proceso de Restauración
El primer paso fue limpiar superficialmente la ventana simplemente con agua, para poder proceder a eliminar la pintura. A pesar de su estado de abandono, la madera estaba en un estado aceptable de conservación, seguramente debido a la gruesa capa de pintura que la protegía.
El paso siguiente fue retirar de la ventana los elementos que no iban a ser necesarios para su uso como espejo, como son el tapajuntas vertical que la unía con la otra hoja de la ventana y el vierteaguas de la parte inferior, que por ser la parte más expuesta a los elementos era la que se encontraba en peor estado.
Otro paso fundamental en la restauración fue la retirada de los herrajes de la ventana, por un doble motivo: por un lado, poder eliminar la pintura más cómodamente, y por otro, limpiar los propios herrajes para volver a colocarlos en su lugar una vez restaurada la madera.
El laborioso trabajo de eliminar la pintura se llevó a cabo mediante un taladro provisto con un disco de púas de acero y, para las zonas más delicadas, se utilizó una pistola de aire caliente. Una vez retirada la mayor parte de la pintura se procedió a lijar toda la madera con lijas de distinto grano.
La pintura de los tiradores también se eliminó mediante discos de púas de acero y una vez limpios se les aplicó una capa de barniz incoloro para metales.
El último paso a llevar a cabo fue la colocación de los espejos que habían sido encargados a medida. Se sujetaron con clavos de cabeza perdida, protegidos con tableros de contrachapado.
Una vez colocados los espejos se colgó el espejo en la pared mediante hembrillas atornilladas en la parte posterior del espejo.
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