lunes, 4 de febrero de 2013

Restauración de muebles. Cómoda.

Restauración de cómoda de tres cajones.


Estado Inicial

Del estado inicial de la cómoda destacan la suciedad  general, el mal estado de las sucesivas capas de barniz aplicadas a lo largo de la vida del mueble, arañazos por toda la superficie, carcoma en las partes bajas y sobre todo el pésimo estado del sobre, con grandes pérdidas del chapado de nogal. Además, los tiradores y bocallaves estaban completamente barnizados, y no se apreciaba en absoluto su aspecto original. Pese a todo, la estructura del mueble y los cajones estaban en buen estado, por lo que no han sido necesarias intervenciones de importancia.


Proceso de Restauración

El primer paso fue el desmontaje de todos los tiradores y bocallaves, además de los junquillos de los cajones y de la parte inferior de la cómoda, en la unión del cuerpo superior con la base. 
Posteriormente se decapó toda la superficie barnizada aplicando varias capas de decapante químico, hasta eliminar completamente el barniz. 

El paso siguiente fue el lijado de todo el mueble, incluyendo la parte posterior y los cajones. La parte interior se limpió a conciencia con cepillo metálico y aspirador, hasta eliminar todo el polvo y suciedad acumulada en las guías de los cajones.

Una vez limpio el mueble, se procedió a reparar las zonas dañadas del chapado, sobre todo las esquinas, el borde de las cajoneras y la parte inferior de la base. Para ello se utilizaron pequeños fragmentos de chapa de las mismas características que la original, consiguiendo una base uniforme. El mal estado del chapado del sobre hizo imposible su conservación y se optó por chapar de nuevo toda la superficie, realizando un dibujo geométrico, alrededor de un rombo central, única parte conservada del original.

La única reparación necesaria en la estructura de madera de pino fue la reconstrucción de las patas delanteras, totalmente deshechas por la carcoma.

El proceso de limpieza concluyó con los elementos metálicos y los junquillos, mediante cepillos metálicos para eliminar el barniz incrustado entre los relieves. Los tiradores y bocallaves recibieron un acabado de barniz para metales. 

Por último, se aspiró todo el polvo del mueble, tanto interior como exteriormente. También se montaron los junquillos en su posición original en los cajones y la base de la cómoda. 

Se comenzó con la aplicación sobre las partes sin chapado (cajones, interior y trasera del mueble) de un producto con doble función: anticarcoma, para eliminar cualquier amenaza de estos insectos, y endurecedor de la madera. Sobre las partes chapadas se aplicó una capa de tinte al agua color nogal muy rebajado, para unificar toda la superficie del mueble respetando el color original del chapado de madera de nogal. Una vez seco se pulió con lana de acero y se aplicó una mano de laca tapaporos, para cerrar el poro de la madera antes de la aplicación del acabado. Los junquillos se oscurecieron con betún de Judea, respetando la coloración original.
Para el acabado se eligió un barniz de poliuretano satinado incoloro, del cual se aplicaron tres manos, puliendo con lana de acero entre cada una de ellas.

El último paso fue el atornillado de los tiradores, sustituyendo los tornillos originales por otros de cabeza redondeada y el clavado de los bocallaves, con los clavos originales que se habían reservado. También se volvieron a montar las cerraduras en la parte interior de los cajones, las cuales aún funcionaban correctamente y sólo necesitaron un poco de limpieza y aceite. El detalle final fue la búsqueda de una llave apropiada al modelo de cerradura.


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